17 febrero 2011

¿Qué te detiene?



Si la felicidad no se trata de algo que perdura eternamente sino de momentos inolvidables que nos dejan sin aliento, que nos hacen sentir mariposas en el estómago, que nos hacen sentir que volamos aunque nuestros pies estén en el suelo. Entonces, no quiero y me rehúso a pensar que la felicidad es utópica, quiero ser positiva aunque es difícil serlo en tiempos como estos, cuando te despiertas y desde el noticiero ya estás viendo cosas tristes, caminas a tomar el micro, taxi o te subes a tú carro y mientras avanzas hay niños pidiendo limosna en las calles, bailando para que les des una propinita.

Igual de difícil es tratar de irradiar tu felicidad a los que te rodean, porque cada uno tiene un rollo propio, porque no debemos ni tenemos por qué saber qué está pasando en la mente de cada persona con la que nos topamos, no podemos llenarnos con los problemas de los demás, ni involucrarnos, eso no nos deja ayudarlos, al contrario si nosotros también nos sentimos mal no podemos ayudarlos a ver con claridad las situaciones.

Lo sé, es realmente complicado desligarte de lo que les pasa a los demás, pero así debe ser, no podemos cargar con una montaña de problemas, debemos aprender a separar cuáles de esos problemas son nuestros y cuáles son los de las demás personas, así y sólo así nos daremos cuenta que en realidad ese cerro que creíamos nuestro, no lo es, es sólo un montículo de tierra super fácil de derribar.

Luego de resolver nuestro propio problema ayudemos a los que queremos a solucionar los suyos, pero eso sí, dándoles pautas para que ellos mismos encuentren sus propias respuestas, porque si se les damos la solución de frente, no les servirá como experiencia, lo que fácil viene fácil se va, en cambio si les cuesta pensar en la solución harán lo que sea necesario para no repetir el error o replicarán la solución si es posible.

La memoria a corto plaza nos trae grandes problemas, tener a alguien que nos recuerde las raíces de los acontecimientos pasados nos servirá para evitar que los fantasmitas renazcan de las cenizas y para detectar los problemas futuros con características pasadas.

Construir tu propia felicidad se puede, paso a paso, ladrillo por ladrillo, peleando con un millón de inconvenientes de mil formas, la felicidad es el límite, y si ese es el límite, qué te detiene?

11 febrero 2011

Te atraparé : moviendo mi nariz

Siempre he escuchado eso de que las mujeres tenemos un sexto sentido para las cosas, las percibimos mejor, nuestra intuición nos ayuda a ver más allá y descifrar situaciones y circunstancias que los hombres no pueden descubrir.

Lo de brujitas lo tenemos más desarrollado unas mujeres que otras, pero todas tenemos la especialidad de pensar y repensar para llegar a una conclusión, esto nos puede llevar a deducciones no muy cómodas, eso como si supiésemos lo sque está pasando realmente y muchas veces la realidad no es de nuestro agrado.

Pero estos poderes traspasados de abuelas a madres, de madres a hijas, y así sucesivamente, pueden ser contrarrestados por un poder superior a todos, nuestra kriptonita  versión carne y hueso: el amor. Cuando nos enamoramos nos olvidamos del sentido del reloj, de los corazones, de las intenciones y hasta de nosotras mismas, nos volvemos literalmente ciegas, sordas y mudas.

Bien dice el dicho inventado por mí: hasta la bruja más malvada de todas, incluyendo la del mago de Oz, se enamora, cambia  su forma de ser, de pronto quiere a todas las criaturas que están a su paso y comienza a irradiar amor y felicidad en cantidades industriales.

Podemos mover la nariz como Samantha de "Hechizada" o hacer una pócima durante horas en un caldero hirviendo que contenga escudos contra las penas, detectores de victimarios, espadas contra la soledad, sonrisas en pomos, perfumes para la felicidad, y una infinidad de ingredientes adicionales pero no combatiremos lo que sentimos, el amor. Ese que te encuentra cuando menos lo esperas, que te atraviesa cual flecha de indios mapaches, del que podrás correr pero no esconderte, cuando te toca, te toca y no hay vuelta atrás, es como el resfrío tiene su ciclo , no tiene cura y sabes que aunque no quieras volverá a pasar.

La recomendación para las brujitas que buscan su felicidad y la de la gente que las rodea es que después de la ilusión en su máxima expresión, utilicen sus narices de brujas de "Hechizada" para hacerle caso a la intuición que llevan dentro.

Esa intuición que es una detectora de futuros fracasos y que les anunciará que tanto vale la pena el lanzarse en paracaídas desde el avión del enamoramiento o si es mejor quedarse en tierra firme con los pies bien puestos en el suelo, una pulsera de huayruros en la muñeca, sembrando romero la felicidad y lanzando pétalos de rosa al aire para que venga el amor verdadero. El tan esperado amor verdadero, que viene, en diferentes formas, pero llega, y si se fue el que creíste que era, la  noticia de último minuto es que no era porque cuando realmente es, llega para quedarse e ir levantando contigo los ladrillos que formarán tu felicidad y la suya.

Así que tranquilas perceptivas, todo llega en su momento, cada cosa tiene su por qué y sucede a causa de algo más, dejen que sus corazones les hablen y aprendan a ver el futuro con optimismo, el destino se encargará del resto.


Conquistando al conquistador

Cuando era niña, hace unos pocos años (eso es lo que quisiera creer pero no es así) daban una novela brasileña en la televisión, se llamaba "La Próxima víctima" en ella las personas iban desapareciendo, muriendo una a una, cuando pensabas que sabías quién era el asesino, esa persona moría y otra vez te quedabas con la duda, no me dejaban ver esa novela, ahora entiendo por qué...

Crecí un poco más y no sólo quería ver la telenovela de Brasil, sino también Beverly Hills 90210 y Melrose Place, la misma historia, tampoco me dejaban, ya de grande las vi y comprendí por qué no debía ver esas series con tan sólo 8 años, finalmente las figuras máxima de amor que quedaron en mi cabeza a los ocho años fueron: Donna Joe de 3 por 3 con su eterno novio Steve y Candy persiguiendo a Terry, Terry a Candy y viceversa.

Volviendo a la "Próxima Víctima" es una frase que suena en mis conversaciones desde hace un par de años, aquí entran los hombres, esos que pueden hacernos suspirar y llorar de alegría, de pena, querer matar a alguien, y renacer de la tristeza más profunda con 4 palabras bonitas sacadas de las frasesdeamor.com, esos tipos de hombres de los que debemos cuidarnos.

Pido disculpas a mis lectores del género masculino, ya que ojo, no todos son iguales, hay grandes excepciones; no quiero que se ofendan, pero en este post seré lo más subjetiva posible con mis hermanas de género, las mujeres.

Los famosos victimarios escogen de manera estratégica a su próxima presa, verifican el territorio cual perros sabuesos, evalúan desde gestos hasta comportamiento antes de actuar y en el momento indicado atacan, verbo que simboliza la forma en que se acercan a la chica que les gusta, la invitan a salir, a comer, a caminar, se divierten un rato, se aburren, la dejan y empiezan de nuevo la secuencia sin fin.

Son las mujeres las que piensan, o pensamos, porque a todas nos ha pasado en algún momento, que vamos a ser enamorados, que luego nos casaremos, compraremos una casa con cerca, jardín y tendremos 5 hijos para ser felices por siempre. La realidad es que esa no es la realidad, despierta, respira, analiza y piensa, una salida no significa una pedida de matrimonio, una salida en el mundo de Marte, es decir el masculino, significa eso, una salida.

Así que para no salir lastimadas, llorar a mares y tomar litros de helado que nos hará ir tres mil horas al gimnario para quemarlos, hagamos lo siguiente, es el siglo XXI, tomemos las riendas nosotras mismas, decidamos con quiénes queremos salir, en base a lo que nos gusta y nos hace felices, démonos la oportunidad de encontrar "el hombre". Detectemos al desechable con nuestra capacidad de mirar e imagínemos un letrero de peligro en la frente de este personaje, huyamos o será muy tarde: estaremos perdidamente enamoradas del victimario.

Nosotras somos las que tenemos el deber de construir nuestra propia felicidad, así que olvidémonos del síndrome de la próxima víctima y juguemos nuestro propio partido (siendo nosotras las ganadoras). Quiero aclarar que no quiere decir que nos volvamos unas bandidas, sólo que tomemos al toro por las astas. Caminemos pisando nuestro propio camino, felices, libres, decidiendo por nosotras y sólo por nosotras.

Para qué dejarnos sorprender, si podemos sorprenderlos a ellos, esto me recuerda la historia que me contó una amiga hace un año más o menos, un chico mucho mayor la invitó a salir, le ofreció todo para deslumbrarla, pero sólo porque él la tenía en la mira,  por lo que decidió no salir con este chico que le bajó la luna y las estrellas, sino esperar a que ella realmente quisiera salir con un chico como él por decisión propia, mas no por sentirse comprometida por tanto regalo.

Cambiemos las reglas de ese tal cupido, movamos el objetivo según lo que deseemos, y pronto habremos conquistado Marte, tengan sus banderas listas.

02 febrero 2011

Miremos dentro de la caja


Las ocurrencias de los niños nos hacen reír muchísimas veces, no sabemos cómo logran imaginar tantas cosas, o hacerse tantas preguntas, lo vemos en el principito, cuando dice lo siguiente "todas las personas mayores al principio fueron niños (aunque pocas lo recuerden) ".

Las situaciones más complicadas, son muy simples de resolver en su pequeña cabecita, y es que nosotros también fuimos niños, y se nos hacía difícil explicarles a los mayores lo que queríamos y sentíamos porque realmente no nos entendían qué queríamos decir.

Es muy fácil darle felicidad a un niño, son ingratos, olvidan rápido, las pequeñas cosas simbolizan muchísimo para ellos, sólo hay que saber entenderlos, aunque cueste, hablarles desde su tamaño, mejor si es de cunclillas. Nosotros, los grandes, aunque me cueste aceptarlo, tendremos que reconocer que esas pequeñas personitas son sumamente sinceras, no por gusto está la frase cliché: los borrachos y los niños siempre dicen la verdad, no sé de los primeros pero creo ciegamente en que los segundos si la dicen.

Unas pocas palabras de esos enanos pueden cambiarte el día para bien, entienden todo, a su manera, pero lo entienden, hacen relucir lo q nos parece poco importante, no le tienen miedo a las preguntas, ni tampoco a las respuestas, no escogen a quién preguntarle determinada cosa ni mucho menos escogen el momento indicado, su momento es el momento y punto, no se rompen la cabeza pensando en diferentes escenarios ni situaciones sólo sueltan sus pensamientos.

Los niños son felices de por sí, pero tenemos que tener cuidado con lo que les enseñamos porque adaptarán lo que vean y lo harán suyo, conforme vayan creciendo habrán juntado las cosas que aprendieron con las propias las mezclarán en su licuadora y tendrán el resultado, la idea es que nos quedemos con lo bueno y desechemos lo malo, aprendiendo a ver más allá es que logramos liberarnos de lo q no es bueno para nosotros, desde costumbres hasta actitudes.

Es así como los que fuimos niños aprendimos de nuestros papás y ellos aprendieron de nuestras ocurrencias, porque quién mejor que un niño para mostrarnos la vida con inocencia y buen humor.

La reflexión del post es la misma del principito optimista, miremos la vida como niños, imaginemos el cordero dentro de la caja también la flor más bella de todas, miremos puestas de sol en nuestras tristezas y elefantes dentro de serpientes, no dejemos morir  al niño que tenemos dentro porque nos convertiremos en personas sin sueños y soñar es un arte invaluable.


La caja del corderito