Si la felicidad no se trata de algo que perdura eternamente sino de momentos inolvidables que nos dejan sin aliento, que nos hacen sentir mariposas en el estómago, que nos hacen sentir que volamos aunque nuestros pies estén en el suelo. Entonces, no quiero y me rehúso a pensar que la felicidad es utópica, quiero ser positiva aunque es difícil serlo en tiempos como estos, cuando te despiertas y desde el noticiero ya estás viendo cosas tristes, caminas a tomar el micro, taxi o te subes a tú carro y mientras avanzas hay niños pidiendo limosna en las calles, bailando para que les des una propinita.
Igual de difícil es tratar de irradiar tu felicidad a los que te rodean, porque cada uno tiene un rollo propio, porque no debemos ni tenemos por qué saber qué está pasando en la mente de cada persona con la que nos topamos, no podemos llenarnos con los problemas de los demás, ni involucrarnos, eso no nos deja ayudarlos, al contrario si nosotros también nos sentimos mal no podemos ayudarlos a ver con claridad las situaciones.
Lo sé, es realmente complicado desligarte de lo que les pasa a los demás, pero así debe ser, no podemos cargar con una montaña de problemas, debemos aprender a separar cuáles de esos problemas son nuestros y cuáles son los de las demás personas, así y sólo así nos daremos cuenta que en realidad ese cerro que creíamos nuestro, no lo es, es sólo un montículo de tierra super fácil de derribar.
Luego de resolver nuestro propio problema ayudemos a los que queremos a solucionar los suyos, pero eso sí, dándoles pautas para que ellos mismos encuentren sus propias respuestas, porque si se les damos la solución de frente, no les servirá como experiencia, lo que fácil viene fácil se va, en cambio si les cuesta pensar en la solución harán lo que sea necesario para no repetir el error o replicarán la solución si es posible.
La memoria a corto plaza nos trae grandes problemas, tener a alguien que nos recuerde las raíces de los acontecimientos pasados nos servirá para evitar que los fantasmitas renazcan de las cenizas y para detectar los problemas futuros con características pasadas.
Construir tu propia felicidad se puede, paso a paso, ladrillo por ladrillo, peleando con un millón de inconvenientes de mil formas, la felicidad es el límite, y si ese es el límite, qué te detiene?