27 enero 2011
Please Don't go...
25 enero 2011
En caso de emergencia: rompa el vidrio
24 enero 2011
Felicidad: allá voy
Todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos lamentado de algo, puede ser de lo que estés estudiando, del trabajo que tienes, del enamorado con el que estás, de los amigos con los que compartes tu vida o de la vida en sí; hacemos el cálculo de los pros y contras para darnos cuenta de que los negativos ganan por más de 20-1.
20 enero 2011
El Auto- rescate
Desde chiquitas nos enseñan que el príncipe tiene que ir en el rescate de la plebeya, que la pobre e indefensa futura princesita no puede separarse de sus malvadas hermanastras sino es por el grandioso hombre alto, guapo, en caballo y millonario claro, super aristocrático, fuerte, valiente y preparado para cumplir con sus funciones: rescatar, amar y hacer feliz a la princesa, por los siglos de los siglos o la clásica: viviendo felices para siempre.
Los años pasan y te vas dando cuenta, que los príncipes no son azules, no existen personas azules a menos que se estén ahogando y los más cercano a azul que has visto son los Oompa-Loompas de Charlie y la fábrica de chocolate o los pitufos.
Resulta que todo no es más que una mera fantasía, las películas acaban en el para siempre, pero no te cuentan todo lo que viene incluído en el siempre; como que la pobre princesa rescatada tuvo que dejar de dormir un año entero cuando tuvo a su primer hijo, que el gran príncipe quizo irse de parranda con sus amigos de la corte real más de una vez y que las hermanastras de la princesa desaparecieron pero luego vinieron las cuñadastras, amigastras... etc.
Me viene la siguiente pregunta a la mente,¿qué hubiese pasado si el príncipe nunca rescataba a la Cenicienta? o a Blancanieves? Talvez hubieran tenido que defenderse por sí solas. De esa manera habrían tenido que ser felices por su propia cuenta, hubieran hechos sus propios reinos, se hubieran llenado de haciendas y hasta hubieran abierto sus propias empresas dependiendo de la época.
Si comenzamos a cambiar la idea del rescate de nuestras mentes, nos daremos cuenta que la única manera de querer a alguien realmente es queriéndonos primero a nosotros, porque sino conocemos el amor como vamos a amar, simple lógica, construyamos nuestra propia felicidad para poder ser felices con lo que tenemos y queremos, luego de eso las bendiciones vendrán en avalancha al igual que el amor.
05 enero 2011
CUIDADO! no lo digas!
Esto de no hablar lo justo y necesario me ha traído varias cosas en mi vida, desde grandes problemas, hasta lágrimas y arrepentimientos.
Después de muchas lunas y situaciones complicadas comprendí lo siguiente: para ser felíz contigo mismo, no necesitas ni escuchar sobre la vida de otros, ni divulgar la tuya, conversa con quién realmente confíes en el momento que tú creas, siempre ten presente que no te gane la vulnerabilidad de la que somos víctima principalmente las mujeres en determinados días.
Hay que tener algo bien en claro, cada palabra que le digas a la persona incorrecta será usada en tú contra en algún momento, es una regla que siempre debemos recordar.
Sin embargo, para que no tengas que llegar al tribunal es mejor guardarse el secreto para uno mismo o comentarlo con tu almohada que comentarlo con la persona que no conoces pero que te da confianza porque te contó un pasaje de su vida que para ella o él no tiene ni la más mínima importancia.
Luego de que dijiste algo que no debiste decir ya no valen los "te lo dije" ni el ups ni nada que puedas pensar, ni hacer, la palabra ya está en el aire y no se puede recoger. El tiempo es algo que no se puede retroceder.
Tal como nosotros pensamos que debemos cuidar nuestros pensamientos, también tenemos a las personas que les encanta llamarte a contarte la vida de fulanita, sutanito o menganito con quien sabe que tuviste mil problemas y ahora luego de mucho tiempo vives superada, tranquila, felíz y te vienen con cuentos pasados. El consejo en ese momento es decirle que se consiga algo que hacer por su vida y que te deje tranquila (o), tú escoges la manera de decirlo, pero es importante dejarlo claro.